25 de febrero de 1956 Comienza la desestalinización
25 de febrero de 1956 Comienza la desestalinización Tal día como hoy en 1956 Nikita Jrushchov da inicio a la desestalinización. Esto empezaría con la pronunciación del discurso conocido como «Acerca del culto a la personalidad y sus consecuencias», también conocido como «Discurso secreto». El discurso se llevaría a cabo ante los delegados del Partido Comunista Soviético y con este se abría el proceso de crítica a Stalin. Especialmente la crítica venía por el culto a Stalin pues para Jrushchov chocaba con los principios del marxismo-leninismo.
En este discurso contra la figura de Stalin en ningún momento se hizo referencia al sistema creado por este. Su política económica, basada en la planificación y colectivización, o la represión política sistemática contra antiguos camaradas como Lenin no sería planteada en un inicio. No sería hasta la muerte de Stalin en 1953 que se atreverían a plantearse si su actuación fue o no la correcta. El discurso secreto de Jrushchov supondría el principio de la crítica primero a Stalin y después a todo su legado.
Debemos entender que a pesar del terror que causó Stalin con su Gran Purga, tras su muerte existían aún en la Unión Soviética muchos defensores de su mandato.
Al condenar la política de Stalin, pero, aparecerían algunas consecuencias no deseadas para las élites soviéticas. Al decretar la amnistía para todos los presos políticos encerrados por Stalin se demostraría que el Comité Central soviético podía fallar. Con el discurso cada vez serían más los partidos comunistas del Bloque del Este que pedirían la destitución de sus jefes de estado. Para entender esto debemos tener en cuenta que la mayoría de los líderes comunistas en ese momento seguían defendiendo la línea estalinista.
El discurso de Jrushchov pues acabaría provocando muchos problemas para la órbita comunista. La desestalinización de hecho sería uno de los principales motivos que llevaría que aparecieran diversos movimientos revolucionarios. Hechos como la Revolución Húngara de 1956 que acabaría con Jrushchov ordenando la invasión de Hungría por parte del Ejército Soviético. Revoluciones como la húngara acabarían provocando que Jrushchov se viese obligado a dimitir y con la llegada de Brézhnev se acabaría con la desestalinización.
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