2 de marzo de 1855 Alejandro II es nombrado zar
2 de marzo de 1855 Alejandro II es nombrado zar Tal día como hoy en 1855, Alejandro II es nombrado zar de Rusia. La muerte de su padre hizo que el heredero del trono de treinta y seis años pasase por fin a ser zar. Un Alejandro que hasta este momento no había destacado especialmente se vería con la difícil tarea de reformar una Rusia que seguía anclada en el pasado. El gobierno de su padre Nicolás I había destacado por ser extremadamente autocrático y ultraconservador y nada hacía indicar que esto cambiaría con su hijo.
En el momento en el que Alejandro accedió al trono, el Imperio Ruso se encontraba en guerra al lado del Reino de Grecia. Ante ellos, una triple alianza formada por el Imperio otomano, el Reino Unido, Francia y el Reino de Cerdeña. El desencadenante del conflicto había sido el expansionismo ruso, y terminarían siendo estos los derrotados. Y así, con una dura derrota militar a sus espaldas, empezaría su reinado. Esta derrota le marcaría especialmente durante los primeros años, ya que con sus habilidades puestas en duda se vería presionado para llevar a cabo reformas radicales.
Alejandro tendría un carácter muy diferente al de su padre Nicolás. Mientras este se deleitaba con los desfiles marciales del ejército, Alejandro prefirió emprender un viaje por su territorio para ver sus provincias.
El pueblo consideraba que la guerra se había perdido por el atraso y estancamiento tecnológico, y para solventar esto se requerían reformas. Para ello, el zar se apoyaría en los ilustrados, quiénes con su educación ayudarían a arreglar los endémicos problemas que acarreaba la nación. Alejandro, pues, se distinguiría de sus predecesores por su habilidad para entender el contexto de su época. Gracias a esto lograría mantener una buena opinión pública en un momento sumamente complicado por los cambios sociales que se estaban viviendo.
Uno de los problemas más complejos de su momento era la servidumbre que seguía existiendo en muchos puntos del Imperio. Alejandro II conseguiría que se emancipasen la mayoría de estos siervos aún y que esto implicaba entrar en disputa con los grandes terratenientes. Reorganizaría la armada, la administración, las leyes y el sistema judicial e incluso llegaría a abolir la esclavitud. Estas acertadas medidas, pero, no le salvarían de los revolucionarios de izquierdas. Estos, tras intentarlo infructuosamente varias veces, el 13 de marzo del 1881, lograrían atentar con éxito contra su vida.
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