3 de febrero de 1977 Golpe de Estado en Etiopía

3 de febrero de 1977 Golpe de Estado en Etiopía Tal día como hoy en 1977, Mengistu Haile Mariam se hace con el poder en Etiopía. El hasta este momento vicepresidente del Consejo Administrativo Militar Provisional (CAMP) acaba con la vida del jefe de estado, Tafari Benti. Esto se llevaría a cabo mediante un golpe de estado en el cual perderían la vida la mayoría de altos cargos del mismo CAMP. Todo bajo órdenes de Mengistu y con el objetivo de hacerse con el poder del país de forma permanente.

Todo empezaría a principios de la década de los 70. En Etiopía esta década sería especialmente dura para la población. Hambrunas constantes, gran agitación social y especialmente una desconfianza creciente hacia Selaisse, el emperador etíope. Ante este descontento generalizado, un grupo de militares etíopes fundaría el CAMP y se harían con el poder en 1974. El CAMP, también conocido como Derg, estaba liderado por el General de Brigada Tafari Benti, que se convertiría en el nuevo jefe de estado.

El Derg había nacido para erradicar la corrupción en el ejército, pero tomaría el poder formando un gobierno socialista de inspiración marxista-leninista

Benti, pero, no duraría mucho en el poder, pues menos de tres años después de su proclamación como jefe de estado, sería asesinado por Mengistu. Un Mengistu que en ese momento ocupaba el cargo de vicepresidente del Derg. Con el asesinato de Benti juntamente con su plano mayor, sería él quien ocuparía su lugar. Mengistu no solo acabaría con la vida de estos altos cargos, sino que Antafu Abate, su mano derecha, sería acusado de antirrevolucionario y condenado a muerte.

A Abate le seguirían todos aquellos sospechosos de ser opositores. La situación se convertiría en una cacería que pasaría a la historia como el Terror Rojo. Durante este período, Mengistu milicias armadas para acabar con la disidencia que causarían un gran terror. Además de esta dura represión contra los opositores del régimen, su estadía al poder se caracterizaría por las hambrunas causadas por las políticas desastrosas. Esta situación se alargaría hasta 1991, año en el cual las milicias rebeldes lo derrocarían del poder y se vería obligado a huir a Zimbabue.