Antecedentes en las revueltas árabes de principios del siglo XX. Desde finales del siglo XIX la fragmentación interna en el Imperio Otomano es tal que existe la amenaza constante de que las potencias europeas intervengan. Ante esta situación, el sultán se ve obligado a promulgar una serie de reformas, conocidas como los Tanzimat, que pretenden favorecer el desarrollo económico y educativo, especialmente con la intención evidente de homogeneizar culturalmente el territorio y favorecer a las regiones más aisladas o con menos recursos económicos.
Pese a estas acciones, los intentos reformistas llegan tarde y no evitan que se desencadene un movimiento revolucionario en 1908, movimiento que partiendo de los Balcanes se expandirá y cobrará una dimensión mucho mayor cuando los intelectuales se sumen. Este movimiento revolucionario nacido con el objetivo final de conseguir un gobierno constitucional estaría liderado entre otros por los Jóvenes Turcos, jóvenes militares e intelectuales que se organizan y ponen al frente porque consideran que se trata de su deber, prácticamente como si fuera una misión pedagógica. se tratara.
Para describir la situación que se vivirá en 1908 se usa en ocasiones el concepto árabe Inqilab, muy parecido al término derribo, aunque en un principio en ningún momento se cuestionaría la unidad del Imperio, por lo que sería más conveniente hablar reformas. Sin embargo, si es cierto que a medida que las autoridades responden de forma violenta el movimiento va cobrando cada vez más un carácter antiimperialista por el odio que genera para muchos la figura del sultán que a su vez es el califa, por lo que ejerce como líder religioso además de gobernador supremo de su territorio.
Este hecho es lo que hace que la ya proclamada Revolución de 1908 se convierta en una revolución religiosa. El cambio religioso se ha convertido así, en una oportunidad para conseguir un trasfondo buscado, conseguir mayores libertades individuales. Con esta situación y gracias a intelectuales como Al Kawakibi empezará a extenderse una idea por todo el imperio y que en algunos casos trascenderá sus fronteras, el islam necesita un movimiento de renovación que plantee varios temas que hasta ahora no habían sido abordados, como el papel de la mujer en la sociedad, un aspecto en el que se centraría especialmente el periodista Abd al Qadir al Magribi. Y a raíz de estos planteamientos, se fundarían diarios y escuelas de pensamiento dedicadas a discutir estos temas.
Davant aquesta situació ia causa del cada vegada menor suport dins de l’Imperi, el califa es veuria obligat primer a restaurar la Constitució, i després que això tampoc no n’hi hagués prou, a claudicar. D’aquesta manera els Joves Turcs es farien amb el poder prometent al poble portar a càrrec totes aquestes reformes que s’havien plantejat al principi i que amb el temps s’evidenciaria que no s’arribarien a aplicar. Si bé en un inici semblava que es notaria un canvi sense precedents en territori otomà, el començament de la Primera Guerra Mundial va tenir grans efectes al territori atès que per poder mantenir-se en el conflicte les autoritats van posar en marxa una política de privacions i indagacions que van provocar grans fams. A més, el 1915 començarien les deportacions forçoses i les matances dictades per les autoritats, contra alguns pobles com l’armeni, demostrant així que la situació a l’Imperi era cada vegada més inestable i que el desencís cap als Joves Turcs creixia a marxes forçades especialment a alguns punts d’aquest trontollant potència.
Antecedentes a las revueltas árabes de principios del siglo XX: lo que supuso
Con esta situación interna y a medida que se sumaban fracasos al frente que comportaban miles de bajas entre los jóvenes que habían sido enviados a luchar por un imperio con el que cada vez menos se sentían representados, empezarían a verse levantamientos en contra de las autoridades. Levantamientos que persistirían tras la resolución del conflicto y que el bando aliado ocupara lo que fue el Gran Imperio Otomana deponiendo a los Jóvenes Turcos, oficialmente el CUP (Comité de Unión y Progreso), aunque a partir de ese momento muchos de ellos estos pronunciamientos pasarían a ser llamados como las revueltas árabes dado el gran componente de arabidad que se demostrarían en estos actos, en los que además empiezan a plantearse la emancipación real por primera vez. Vemos pues que la injerencia extranjera provoca que empiecen a aparecer un nacionalismo que antes difícilmente podría existir, ya que antes no existía como tal un sentimiento de pertenencia al Imperio Otomano que a partir de ese momento sí aparecería con la identidad árabe , con la que cada vez más se sentían identificados por toda la carga simbólica que comportaba.
Aunque estos movimientos se harían mucho más evidentes a partir de la llegada de las potencias extranjeras, tenemos ya en 1916 la Gran Revuelta árabe que tiene como objetivo final crear un estado árabe unificado que sustituyera al fragmentado e ineficiente imperio otomano que con el CUP en el poder pretende aislar e ignorar los intereses árabes a favor de los turcos. Una revuelta por otra parte, apoyada por los ingleses y franceses que aprovecharían el descontento árabe para dividir y debilitar al Imperio Otomano que luchaba del lado de las Potencias Centrales durante la guerra.
Con el tiempo, ya medida que esta revuelta árabe va cobrando más fuerza, tanto los ingleses como los franceses retiraran su apoyo puesto que entienden que podría ser peligroso para sus intereses esta unión de territorios con aspiraciones de emancipación política que consiga, todo y que no tenga todavía un diseño claro, por último la independencia.
A pesar de haber dejado de contar con el apoyo extranjero, el odio contra todo lo vinculado con las élites dirigentes turcas que tan duramente han castigado la causa árabe es tal que en algunos puntos del dañado Imperio aparecen organizaciones árabes cada vez más fuertes, como es el caso del Reino árabe en Siria liderado por Faysal, hijo del jerife de La Meca. Este Reino árabe, aunque dejaría de existir como tal poco más que cuatro meses después de su independencia oficial tras la derrota contra los franceses, evidenciaría ese deseo de crear un gran estado árabe, la soñada Gran Siria que nunca se materializaría debido precisamente a esta injerencia extranjera, pues la región sería dividida en dos según los acuerdos Sykes-Picot entre ingleses y franceses.
Con estos acuerdos se empezaría a aplicar como tal el régimen de tutela, legítimo según el artículo 20 del estatuto de la Sociedad de Naciones en caso de que se trate de un territorio constantemente agitado por disputas o revueltas. A partir de ese momento, pues, los franceses podían gestionar el territorio que les había sido asignado según lo creyen necesario al igual que harían los franceses en su parte. Así pues, cada uno gestionaría la situación a su manera y mientras los franceses se centraron en beneficiar los intereses de los cristianos de la zona al proclamar en 1920 la independencia del Gran Líbano, de mayoría cristiana, los ingleses a los que les toca hacerse cargo de una situación aún más sensible consideran que en Irak debe otorgarse una teórica independencia, aunque siempre bajo su tutela, mientras que en Palestina optaron por mantenerse en cierta medida al margen, especialmente después de que la declaración Balfour a favor de los intereses judíos preocupara a los árabes en la zona.
Se observa así que el sentimiento de panarabismo no es algo reciente, sino que trasciende en el tiempo. Ya desde principios del siglo XX el Imperio Otomano es un coloso moribundo y sus últimos coletazos afectan de forma directa a los territorios árabes ya que el CUP en un primer momento y las potencias europeas después, los relevaron en un segundo plano provocando el malestar que acabaría con el tiempo llevando a que se alzaran en contra del status quo con la intención de crear un estado que encaje con sus pretensiones, unas pretensiones que por otra parte habían sido ignoradas durante todo este tiempo y provocarían grandes desgracias con el tiempo.