9 de febrero de 1518 Las cortes castellanas aceptan Carlos I
9 de febrero de 1518 Las cortes castellanas aceptan Carlos I Tal día como hoy en 1518 las Cortes de Castilla juran a Carlos de Habsburgo, de 18 años, para investirlo rey. Carlos, nieto de los Reyes Católicos e hijo de Juana I de Castilla pasaría así a controlar todos los reinos hispánicos. Sería el primero en reunir la corona de Castilla y la de Aragón en una única figura. Sobre el papel ya había sido investido monarca hispánico dos años antes, pero hasta 1518 las cortes castellanas no jurarían. Tardaría así dos años, pero conseguiría reunir toda la península bajo su autoridad.
Los castellanos habían tardado a jurar. Su tardanza se debía a que primero se debían asegurar de que el nuevo monarca cumpliría ciertas condiciones. Para empezar, el nuevo rey tenía que hablar en hablar castellano. Algo que no debemos dar por supuesto ya que Carlos había sido criado por Margarita de York, una noble inglesa. Tratar con respeto a su madre Juana, reina de Castilla, era otra condición de obligado cumplimiento. Y una tercera era que debía elegir castellanos para ocupar los altos cargos del poder y no extranjeros.
Sería conocida de Carlos su habilidad lingüística y debido a sus conexiones familiares debía aprender muchos idiomas. Se dice que hablaba con fluidez al menos español, francés, alemán, neerlandés y latín.
Carlos aceptaría las condiciones y conseguiría así la aprobación de las cortes castellanas para gobernar. La situación del monarca, pero, daría un giro radical tan solo dos años después. Carlos, ahora como Carlos I de España recibiría el 12 de enero del 1519 una noticia triste, su abuelo Maximiliano había muerto. Maximiliano, también conocido como Maximiliano I de Habsburgo era el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Su muerte, pues, implicaba que el trono imperial estaba libre.
A partir de este momento empezaría una carrera a contrarreloj para hacerse con el trono. Carlos competiría contra Francisco I de Francia y para ello recurrió a las arcas castellanas con la intención de ganarse el favor de la nobleza imperial. El esfuerzo le daría sus frutos y el octubre de 1520 sería coronado como emperador en Aquisgrán. Su coronación como emperador, pero, no sería bien recibida en Castilla por el hecho que se ausentaría de la península durante un tiempo. Esto provocaría un gran desencanto en las cortes que en 1518 habían jurado fidelidad.