Las claves del conflicto actual en Yemen La historia reciente de Yemen empieza con la llegada el 1839 de los ingleses. Estos se instalarían en Adén, una ciudad portuaria que serviría como enclave comercial para los británicos. A medianos del siglo XIX, la mayor parte del territorio del actual Yemen aún se encontraba dominado por Egipto, aunque se acabarían independizando de este después de la Primera Guerra Mundial. A partir de este momento, descontando un corto periodo en el que fue conquistada por Arabia Saudita, esta parte del Yemen se mantendría como reino independiente con Yahya Ibn al-Husayn primero y después con su hijo Ahmad como monarcas.
Nos centraremos ahora en esta parte, la del reino de Yemen, un reino que en 1945 ha ingresado en la Liga Árabe y dos años después en la ONU. En 1962, después de la muerte de Ahmad, nombraría sucesor su hijo, pero las fuerzas revolucionarias lo derrocarían este mismo año. Después de derrocar la monarquía se instauraría la República Árabe de Yemen, pero esto provocaría el comienzo de una guerra civil que duraría hasta 1970. Este conflicto dividiría al país en dos bandos, por una parte, se situarían los monárquicos apoyados por Arabia Saudí y por el otro, los republicanos. Fueron los segundos los que, con ayuda de Egipto, se acabaron imponiendo finalmente.
Yemen del Norte sería uno de los países fundadores junto a Egipto, Irak, Jordania, Líbano, Arabia Saudita, Siria.
Habíamos dejado a la región de Adén en manos británicas. Poco a poco el imperio británico iría dotando cada vez más autonomía a la mayor parte del territorio, exceptuando la misma Adén por motivos comerciales. Esto pasaría hasta que en 1963 los grupos antibritánicos empezaron a ganar fuerza provocando importantes disturbios y la violencia alcanzó su clímax en 1967. Ante esta situación, Londres se vería obligado a negociar una salida y ese mismo año nacería la República Democrática Popular del Yemen. Conocida también como Yemen del Sur, este territorio se convertiría en el primer estado árabe comunista del globo.
El posicionamiento de este nuevo estado y el peligro revolucionario que veían con ello sus países vecinos provocaría que desde fuera se considerara que tenía que ser aislado internacionalmente para evitar que el modelo se exportara. Esto preocuparía especialmente a Arabia Saudita, que armaría a la oposición buscando hacer caer el régimen, provocando así una gran inestabilidad económica y social en el territorio. Una situación que se agravaría más con el cierre temporal del canal de Suez al limitar aún más los intercambios comerciales con el exterior. A pesar de estas circunstancias y luchando contra el aislamiento internacional, en Yemen del Sur se llevarían a cabo reformas sociales, políticas y económicas muy importantes.
El Canal de Suez es un canal artificial navegable que une el Mediterráneo con el Golfo de Suez, a través de este canal entran la mayor parte de las mercancías que llegan a Europa.
Los intentos reformistas no serían suficientes y la constante injerencia de países como Arabia Saudita para armar a grupos insurgentes acabaría afectando a su estabilidad. Estos problemas, pero, eran también compartidos con Yemen del Norte y esta amenaza saudita constante los llevó a tomar una decisión. En 1981 aparecería el primer borrador de proyecto de una constitución conjunta para los dos estados. Sería ya en 1990, exactamente el día 22 de mayo, cuando ambos estados se fundirían oficialmente, que llevaría como nombre República del Yemen.
La convivencia nunca es fácil y en este caso lo sufrirían desde el principio. Tan solo cuatro años después de formalizar esta unión empezaría una guerra civil que acabaría con el norte asumiendo un rol dominante, provocando así resentimiento en el sur. Este malestar seguiría latente aún y con el paso de los años y sembraría el germen para que aparecieran diferentes organizaciones terroristas en el territorio, especialmente en el sur, donde se sentían claramente marginados del poder. Tampoco ayudaría, por otra parte, que el presidente Alí Abdalá Salé se mantuviera en su puesto durante 21 años a pesar de haber perdido prácticamente del todo el apoyo del pueblo y que desde un primer momento fuese considerado como un corrupto.
En 2011 el pueblo yemení saldría a la calle protestando contra el gobierno, con un presidente que llevaba más de dos décadas en el cargo, el pueblo pedía un cambio con urgencia. Finalmente, aún y ciertos episodios de violencia, Abadalá Salé acabaría pactando una salida pacífica del poder. Una salida que comportaba sobre el papel una transición ordenada que nunca llegaría. A pesar de la intervención del Consejo de Cooperación del Golfo, las protestas persistirían y Hadi, el presidente interino que ocuparía su puesto, se demostraría claramente incapaz de calmar la situación.
El presidente Alí Abdalá Salé recibió la distinción del Orden Nacional José Martí y Llave de Oro de Madrid en 2008 por sus servicios a causa de la paz.
Esta falta de un liderato claro sería aprovechada por el movimiento hutí, un grupo armado formado por los zadíes, la minoría chiita en el país. El grupo apareció ya en 1990 con la intención de hacer caer el corrupto régimen de Abbdalá Salé, pero no sería hasta veinte años más tarde y con el apoyo de Irán que aprovecharían el vacío de poder para tomar la capital del Yemen, Sana. La toma de la capital forzaría el desplazamiento del maltrecho ejército yemení, al cual se le uniría un contingente de tropas sauditas enviadas para apoyar al presidente Salih. Y en este mismo momento, por si fuera poco, Al-Qaeda, aprovechando que el ejército yemení se encontraba ocupado, se haría con una parte del país.
La situación en 2015 era, como podemos ver, terrible. Desde 2011 ya algunas ONG avisarían sobre la grave crisis humanitaria que vivía en país y la situación solo había hecho que empeorar. En este momento existirían en el territorio tres bandos claramente diferenciados que obligaban a la población a enfrentarse en una lucha fratricida. Por un lado, los hutíes con el apoyo de Irán controlaban la capital Sana. Cerca de esta, especialmente al centro del país, al Qaeda se había hecho con algunas ciudades importantes. Y entre los dos frentes se encontraba el ejército yemení, que apoyado por Arabia Saudita y Estados Unidos, luchaba para recuperar el poder a través de la fuerza.
Los hutíes toman su nombre del fundador del movimiento hutí, Hussein al Houthi.
Muchos analistas consideran que la situación en Yemen es la característica de lo que se llama “guerra proxy” o guerra indirecta. En este caso, el conflicto sería entre Arabia Saudita, que apoya al gobierno electo de Yemen, e Irán, único país con mayoría chiita, que está al lado de los hutíes. En medio de esta guerra abierta, guerra en la que los hutíes han tomado la delantera, la comunidad internacional se dedica a observar. Eso sí, con la excepción de los Estados Unidos, que oficialmente se ha posicionado al lado saudita, y en lugar de interpretar un papel de mediador en el conflicto, ha enviado armamento para que continúe la lucha armada.
El conflicto en Yemen, que oficialmente se puede considerar como guerra civil, dejaría a data de 2023 más de 20.000 muertos y al menos 20 millones de personas necesitadas de ayuda humanitaria. Unos números que demuestran la brutalidad que se está viviendo en uno de los países más pobres del mundo y que, por otra parte, no incluyen otros problemas derivados de la guerra. Problemas como las enfermedades, especialmente el dengue o la cólera producidos por una falta de acceso al agua potable, o los cortes de electricidad de más de 18 horas diarias en algunos puntos del país.
Esta es la situación en la que se encuentra, a día de hoy, el Yemen. Sumido en una guerra civil que esconde un conflicto a mayor escala entre Irán y Arabia Saudita, y eso dejando de lado las ciudades ocupadas por Al Qaeda. Con un tercio del país sin acceso al agua potable y con cortes de electricidad diarios desde hace ya más de cinco años. Además, para acabar de empeorar aún más la situación, los líderes hutíes, que son los que en este momento controlan la mayor parte del territorio yemení, decidieron el pasado martes nueve de enero, atacar con misiles la ciudad israelita de Eliat.
Las claves del conflicto actual en Yemen
Las claves del conflicto actual en Yemen