26 de febrero de 1815 Napoleón se fuga de Elba
26 de febrero de 1815 Napoleón se fuga de Elba Tal día como hoy en 1815 Napoleón Bonaparte se escapa de la Isla de Elba donde se había escondido para evitar el destierro. Desembarcaría cinco días después en tierras francesas, exactamente en Antibes. Una vez en Francia trazaría un plan para volver a recuperar el poder que después del Congreso de Viena había pasado a ocupar Luis XVIII. A pesar de este cambio en el poder, Napoleón intuía que el pueblo francés seguía con él y por ello siguió adelante con su plan.
Cuando Luis XVIII se enteró del regreso de Napoleón, mandaría un importante contingente militar para apresarlo. Los hombres que envió, pero, estaban comandados por Michel Ney, duque de Elchingen, un hombre que había servido bajo las órdenes de Napoleón en Rusia. Napoleón, al ver que era Ney quién dirigía el regimiento y que la mayor parte de sus hombres lo habían acompañado al frente ruso, aprovechó la oportunidad. Su antiguo líder se les acercó y les animó a que se cambiaran de bando y le sirvieran a él y los hombres aceptaron.
Se dice que ante el éxito de Napoleón en su avance al llegar a París aparecieron pintadas que decían lo siguiente; «Ya tengo suficientes hombres, Luis, no me envíes más. Firmado Napoleón».
Napoleón, ahora reforzado con el contingente enviado por el rey, marcharía hacia París de forma pacífica. De hecho, en el camino desde Grenoble hacia la capital, cada vez serían más los que se unirían a sus filas, llegando a 200000 al entrar en París. La entrada sería el 20 de marzo bajo un ambiente de júbilo, los franceses estaban exaltantes con el regreso de su Emperador. Luis XVIII tampoco le pondría demasiados problemas, pues después de algún tímido ataque, se rendiría a Napoleón llegando a solicitar su perdón.
A pesar del recibimiento, Napoleón sabía que tendría muchos frentes abiertos que afrontar en su regreso al poder. Para contentar a los liberales se vería obligado a redactar una nueva constitución que aún y así no se mostrarían muy próximos a él. El mayor problema de Napoleón, pero, estaba fuera de Francia. Ante su llegada, las potencias europeas se reunieron en la Conferencia de Viena para hacerle frente común. De Viena saldrían una coalición en la que el Reino Unido, Austria, Rusia y Prusia acordaban poner 150000 hombres para hacerle frente. Este ejército sería el que lo vencería en Waterloo definitivamente unos meses después.