17 de febrero de 1935 Carmona es reelegido
17 de febrero de 1935 Carmona es reelegido Tal día como hoy en 1935 el general António Óscar de Fragoso Carmona es reelegido como presidente de Portugal. Carmona había llegado al poder en 1928, año en el que se ratificó una Nueva Constitución después de un período conocido como una Dictadura Militar. A pesar de que en un principio se anticipaba que con el cambio de líder el panorama la situación iba a cambiar, no sería así. De hecho, desde la historiografía algunos apodan también el primer mandato de Carmona como una Dictadura Militar.
Antonio Carmona había nacido en Lisboa en el año 1869 y era hijo y nieto de militares. Con estos antecedentes era cuestión de tiempo que ingresara en el Colegio Militar. Rápidamente, destacaría como oficial de caballería y ascendería escalafones militares hasta convertirse en comandante. En política también destacaría y acabaría llegando al cargo de ministro de Guerra con el presidente Ginestal Machado. Incluso llegaría a ejercer como juez en distintos tribunales militares vinculados con las revueltas de la Primera República.
A pesar de la represión y la persecución de la oposición, Carmona tuvo un papel clave en la estabilización del país durante tiempos turbulentos. Además, es clave su política de neutralidad durante la Segunda Guerra Mundial.
A finales de mayo del año 1926 el general Gomes da Costa se haría con el poder mediante un golpe de Estado. No recibiría el apoyo esperado y menos de dos semanas después Gomes da Costa había sido derrocado. En este momento de inestabilidad los portugueses confiaron en una figura como Carmona como presidente interino. A pesar de ser considero como un líder muy poco carismático por la oposición, Carmona acabaría ganando las siguientes elecciones presidenciales de 1928.
Ejercería como presidente desde 1928 de la mano de Oliveira Salazar, presidente del Consejo de Ministros. En las elecciones de 1933 el pueblo portugués volvería a confiar en Carmona y Salazar como líderes. A partir de este momento sería reelecto en tres ocasiones más, provocando acusaciones por parte de la oposición de ser elecciones imparciales. A partir de este año, además, se había establecido el Estado Novo, un régimen basado en principios autoritarios, conservadores y nacionalistas. Se caracterizó además por silenciar a la oposición, la represión política y la censura.