29 de febrero de 1505 Colón predice un eclipse
29 de febrero de 1505 Colón predice un eclipse Tal día como hoy en el año 1504, Colón se aprovecha de tener información astronómica. Colón y sus hombres se habían quedado varados en la isla actualmente conocida como Jamaica. Ante la necesidad de víveres, Colón inventaría una solución creativa para conseguir persuadir a los nativos de que les proporcionaran víveres a sus hombres. Para ello utilizó la información astronómica del Almanach Perpétuum, un registro de los días del año con datos astronómicos.
Gracias a este libro Colón pudo prever que habría un eclipse lunar y utilizaría este conocimiento a su favor. Teniendo en cuenta las creencias de los indígenas, Colón elaboraría un sencillo estratagema. Convenció a los nativos de que si no le proporcionaban víveres para él y todos sus hombres, las divinidades locales les castigarían. Evidentemente en un principio ningún nativo les creyó, pero a medida que el cielo se iba oscureciendo y la luna se iba ensombreciendo a los locales les entraría el miedo en el cuerpo.
En muchos mitos fundacionales se habla de que la luna desaparecería ante una ofensa a los dioses. Estas creencias fueron las que ayudaron a Colón en su plan para conseguir víveres.
Ante el miedo de que fuesen sus propias divinidades las causantes de esa situación, la población indígena no tardaría en hacer cumplir todas las demandas de Colón. Rápidamente, tras haber llenado de víveres a los españoles, la luna otra vez volvería a emerger tras la oscuridad, como si la afrenta a los dioses hubiese desaparecido. Vemos así que la estrategia, sencilla, pero eficaz, logró su propósito. Esto evidentemente no habría sido posible si Colón no hubiese tenido al alcance el Almanach Perpétuum, de Abraham Zacut.
Zacut era un matemático y astrónomo judío, nacido en Salamanca. Llegaría a publicar distintas obras de este estilo que aún y ser eminentemente teóricas, podían ayudar especialmente a los navegantes. Debemos tener en cuenta que a principios del siglo XVI los instrumentos de navegación eran extremadamente simples. Los navegantes para orientarse en la noche debían tener un gran conocimiento astronómico. Un conocimiento que en el caso de Colón directamente le ayudó directamente.