10 de febrero de 1720 Halley es nombrado astrónomo real
10 de febrero de 1720 Halley es nombrado astrónomo real Tal día como hoy en 1720, Jorge I de Inglaterra nombra astrónomo real a Edmund Halley. Halley nacido en Haggerston en 1656 y en el seno de una importante familia de empresarios de jabón. Desde pequeño se había interesado por las matemáticas y gracias al dinero de su familia podría estudiar en los mejores colegios londinenses. Esta educación le animaría a empezar a publicar artículos sobre el sistema solar. Poco a poco iría formándose como astrónomo y empezaría a entrar en círculos académicos de la capital inglesa.
Con tan solo 19 años decidiría ponerse en contacto con John Flamsteed, el astrónomo real. Halley le escribiría a Flamsteed para decirle que sus escritos sobre la posición de Júpiter y Saturno tenían numerosos errores. Este acto haría que muchos lo viesen como un arrogante, pero muchos otros lo verían como un joven ambicioso con un grandísimo potencial. Un año después publicaría su primer artículo científico. Para escribir el artículo había estudiado el cielo desde la isla de Santa Elena donde había instalado un gran observatorio. Y todo esto gracias al apoyo económico de Carlos II.
A medianos de siglo XVII, cada observatorio era único, diseñado y construido por cada astrónomo personalmente.
A partir de este momento todo iría a más para Halley, e iría ganándose un sitio como uno de los más brillantes astrónomos. Y no solo destacaría en astronomía, sino que también lideraría expediciones oceanográficas pioneras. Recopilando datos sobre las corrientes marinas y las variaciones magnéticas, que sentarían las bases para la oceanografía moderna. Además, Halley contribuiría a la meteorología al proponer un sistema de mapas isobáricos, anticipando así el desarrollo de la moderna representación de sistemas climáticos.
Lo que realmente haría que Halley fuese recordado sería la predicción de que un cometa, que sería recordado como Cometa Halley, retornaría periódicamente. Para calcular la reaparición, se basaría en observaciones anteriores. A partir de estas calculó que el cometa aparecería aproximadamente cada 76 años. Su predicción se cumplió en 1758, póstumamente, y esto confirmaría su teoría y estableciendo un hito en la historia de la astronomía. Este logro demostró la aplicabilidad de las leyes de Kepler y Newton en el estudio de los cuerpos celestes, y haría que Halley pasase a la historia.